Zonas Internas de la Cordillera Bética
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Ocupa la posición más meridional de la Cordillera Bética y se extiende desde Estepona (Málaga) por el Oeste hasta el Cabo de Santa Pola, entre Murcia y Alicante, por el Este.
El dominio paleogeográfico origen de las Zonas Internas se encontraba más al Este, formando parte de la microplaca de Alborán o Mesomediterránea. Al irse cerrando el Paleotethys, esta microplaca, desgajada del NE de África, fue migrando lateralmente gracias a movimientos transformantes. En las Zonas Internas aparecen rocas paleozoicas que provienen de esta microplaca que fueron plegados inicialmente durante la Orogenia Varisca, erosionados y reactivados de nuevo durante la Orogenia Alpina.
Las Zonas Internas presentan pocas rocas mesozoicas y por lo general corresponden a sedimentos depositados alrededor o en la microplaca durante su etapa de migración y emplazamiento. El Triásico es diferente al resto de la Cordillera Bética, su parte basal es detrítica, pero el resto es dolomítica. El Jurásico y Cretácico son rocas carbonatadas. En general, faltan sedimentos del Paleógeno, a excepción de algunos retazos del Eoceno discordantes sobre los mantos. El Neógeno, especialmente el Mioceno Superior, es ya postorogénico y fosiliza los mantos, presentándose como cuencas interiores más o menos extensas o como una orIa costera continua, que en la región del Cabo de Gata está asociada con efusiones volcánicas. El metamorfismo regional del ciclo alpino afecta a las rocas paleozoicas y en algunos casos a las Triásicas, lo que unido a las importantes deformaciones alpinas, hace que su historia sea difícil de desvelar.
Con base en la posición tectónica y el grado de metamorfismo, se han delimitado tres grandes unidades o complejos, formados por rocas fundamentalmente paleozoicas que se manifiestan en tres grandes mantos de cabalgamiento superpuestos, con frecuentes mantos dentro de ellos; son el Complejo Nevado-Filábride, el Complejo Alpujárride y el Complejo Maláguide, en orden de superposición del más profundo al más superficial. Algunos autores consideran independientes de estos complejos a las Unidades de la Dorsal y Predorsal. Estos mantos de cabalgamiento fueron desarrollados y emplazados durante la Orogenia Alpina y en algunos casos han sufrido desplazamientos de varios centenares de kilómetros.
Complejo Nevado-Filábride
Aflora en el núcleo de Sierra Nevada y la Sierra de los Filabres y son rocas metamórficas -micasquistos grafitosos con cuarcitas intercaladas, anfibolitas, gneises y mármoles- muy deformadas y con esquistosidad generalizada, con varios mantos de corrimiento que producen duplicaciones tectónicas, atribuidas al Paleozoico Superior y localmente al Triásico. Aparecen mineralizaciones de óxidos de hierro en los mármoles y de cobre y plomo.
Parque Nacional de Sierra Nevada, Vista del pico Veleta desde la cima del Mulhacén. Foto: Carlos Serra (GFDL).
Complejo Alpujárride
Alcanza su mayor desarrollo en las Alpujarras, aunque también está muy desarrollado en la serranía de Ronda -Rondaides-, donde presenta intrusiones de peridotitas, rocas ultrabásicas procedentes de una antigua dorsal oceánica. La mayoría de las rocas son filitas y micasquistos que han sufrido varias etapas de metamorfismo, atribuidas al Precámbrico y Paleozoico; pero en algunas zonas hay potentes capas de calizas y dolomías del Triásico depositadas en medios marinos someros con frecuentes episodios de llanuras de mareas y lagoon. Constituye un gran manto de corrimiento que cabalga sobre el Complejo Nevado-Filábride, con una estructura interna muy compleja, con diversas unidades dentro de él, que cabalgan unas sobre otras. Aparecen yacimientos de magnetita y mineralizaciones de cromo y níquel en las peridotitas de Ronda; yacimientos de sulfuros de zinc, plomo, óxidos de hierro, manganeso y fluorita en las dolomías del Trías alpujárride.
Sierra de la Almijara. Foto: TonioMora (CC-BY-SA-2.0).
Complejo Maláguide
Se desarrolla sobre todo en las sierras de Málaga y es la unidad tectónica superior que cabalga sobre las anteriores. Está integrado por rocas sedimentarias paleozoicas poco o nada metamorfizados, sobre todo arcillosas y detríticas, que incluyen formaciones calcáreas del Silúrico al Devónico Inferior. Sobre ellas aparecen conglomerados permo-triásicos y calizas y margas mesozoicas y cenozoicas depositadas en zonas marinas.
Parque Natural Montes de Málaga. Foto: Juan Pablo Olmo (CC-BY-2.0).