Cordillera Ibérica
El Sistema Ibérico es un sistema montañoso de altitud media que se extiende entre la Depresión del Ebro y la Meseta central. Aquí nacen dos de los ríos que vertebran la Península, el Duero, el Tajo.
Parque Geológico de Aliaga, Geoparque del Maestrazgo. Foto: Pilar Amaré Tafalla.
Los efectos de la compresión N-S que sufrió la placa Ibérica desde finales del Cretácico hasta el Oligoceno por el movimiento de las placas Euroasiática y Africana también dejaron sus huellas en el interior de Iberia. La transmisión de esfuerzos compresivos desde los bordes hacia el interior provocó un cierto arqueamiento de Iberia que originó una serie de estructuras compresivas, aprovechando las zonas de mayor debilidad litosférica. Al Este del Macizo Ibérico se localizaba la cuenca marina mesozoica del Mar de Tehys, donde se acumularon grandes espesores de sedimentos que como consecuencia de estos esfuerzos compresivos, se deformaron e invirtieron formando el actual Sistema Ibérico.
Corte esquemático de la litosfera bajo la Cordillera Ibérica. Imagen: Geoiberia.
El Sistema Ibérico es un conjunto de montañas con orientación NO-SE que se extienden desde las proximidades de Burgos hasta la zona costera de la Comunidad Valenciana. Este sistema a veces denominado Cordillera Ibérica o Sistema Celtibérico, se divide en su parte occidental en dos ramas separadas por una pequeña cuenca, la Cuenca de Almazán. Aunque el grado de deformación y la potencia de las rocas sedimentarias deformadas pueda llegar a ser importante, no presenta las características de otros macizos alpinos, como el Pirineo o la Cordillera Bética, de ahí que se considere una cadena montañoosa de tipo intermedio.
Esquema de la Cordillera Ibérica. Imagen: Geoiberia.
Sus rocas son de edad mesozoica y terciaria, predominantemente calcáreos, aunque localmente afloran las rocas del zócalo paleozoico, integradas en el plegamiento alpino, como Demanda, Moncayo, Ateca, Molina de Aragón, Montalbán, Albarracín y Villamés, de NO a SE. También existen zonas deprimidas subsidentes en las que, especialmente durante el Cretácico Inferior, se acumularon importantes espesores de sedimentos de origen deltaico, como las cuencas de Cameros y del Maestrazgo. El Terciario Inferior apenas está representado, mientras que el Terciario Superior ocupa las depresiones intermedias que se extienden desde Almazán en Soria, pasando por Calatayud-Teruel, hasta Requena en Valencia.
Su estructura se formó principalmente durante el Oligoceno, hace unos 25 millones de años y consiste en una serie de pliegues, con orientación NO-SE, que afectan sobre todo a las rocas de la cobertera, aunque hacia el SE esta orientación pasa a ser E-O. Su posición respecto a los dos bordes activos alpinos, el Pirineo y la Cordillera Bética, determina en gran medida los rasgos estructurales que observamos hoy. En particular, la compresión NE-SO, transmitida desde el borde pirenaico fue la más intensa y la que originó las estructuras más importantes del Sistema Ibérico.
Aparecen lignitos en Utrillas que han sido explotados formados en episodios continentales del Cretácico Inferior. También existen yacimientos metálicos en rocas del Paleozoico de características similares a las del Macizo Ibérico, destacando las explotaciones mineras de óxidos de hierro de Ojos Negros, en Teruel, y las de plata de Hiendelaenciana, en Guadalajara.