Fragmentación de Pangea. El Ciclo Alpino

A finales del Paleozoico todas las placas con corteza continental estaban agrupadas en el gran continente Pangea, emergido y en parte bordeado por aguas de mares poco profundos y rodeado de una placa de corteza oceánica, sobre la que se situaba el océano Panthalassa. La agrupación de todos los continentes en un único bloque o placa es especialmente inestable, de ahí que muy rápidamente comenzó una importante tectónica de fractura que finalizó con la fragmentación de Pangea.

 

MESOZOICO, la supremacía de los grandes reptiles

Tras la extinción que pone fin al Paleozoico, las nuevas plantas con semilla, sobre todo las coníferas, se extienden por los continentes y los insectos, miriápodos y arácnidos recuperan rápidamente su protagonismo. Los reptiles colonizan tierra, mar y aire. Uno de sus grupos terrestres, los tecodontos, van a dar origen a los dinosaurios, mientras que los terápsidos, un orden de los reptiles mamiferoides que prosperaron durante el Pérmico, dan lugar en esta época a los mamíferos. Los sistemas de rift que están fracturando Pangea, propician la aparición de plataformas continentales donde la fauna marina comienza a recuperarse.

TRIÁSICO. 252-201 millones de años

Al inicio del Triásico el Macizo Ibérico lleva millones de años erosionándose, aunque todavía quedan algunos relieves montañosos. El clima sigue siendo árido y caluroso, con lluvias torrenciales que originan sistemas fluviales muy eficaces que erosionan, transportan y acumulan gravas, arenas y arcillas de tonos rojizos debido a la oxidación del hierro en condiciones áridas. Las rocas triásicas son hoy un elemento muy distintivo del paisaje de extensas zonas de Iberia, por sus tonalidades rojizas y por los relieves en badlands que se han formado sobre ellas.

LAS GRANDES INUNDACIONES DEL TRIÁSICO. Grandes ríos siguen erosionando el Macizo Ibérico y depositando gravas, arenas y arcillas en sus llanuras de inundación y en las nuevas costas creadas por el Mar de Tethys, que ha inundado  parte de las costas de Iberia generando playas extensas y llanas donde abundan las dunas.

GRANDES REPTILES MARINOS EN EL MAR ECUATORIAL DE TETHYS. Los reptiles comienzan a diversificarse y algunos de ellos vuelven al mar millones de años después de abandonarlo, posiblemente para aprovechar el suministro de alimento disponible tras la extinción de los depredadores. Notosaurios y placodontos son algunos de los animales más característicos.

LOS PRIMEROS MAMÍFEROS, PEQUEÑOS Y NOCTURNOS. Los terápsidos, uno de los órdenes de reptiles mamiferoides que prosperan exitosamente durante el Pérmico, dan lugar a los mamíferos. Sin embargo durante el Jurásico y el Cretácico, estos pequeños animales nocturnos, quedarán a la sombra de la supremacía de los dinosaurios

 

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Triásico Inferior-Medio, 240 millones de años

LAS MARISMAS TRIÁSICAS, SALES Y ARCILLAS. El clima cálido y el relieve llano, con numerosas bahías y ensenadas, propician la instalación de lagunas salinas en las costas de Iberia, donde se depositan potentes espesores de arcillas con sales. Estos ambientes marismeños, donde abundan las dunas, perduran durante millones de años.

¿EXTINCIÓN POR ACIDIFICACIÓN DEL AGUA MARINA?. La actividad volcánica aumenta la cantidad de CO2 en la atmósfera y los mares, secuestrando el calcio disponible en el agua hasta impedir la formación de los esqueletos, conchas y caparazones calcáreos de los organismos marinos que forman la base de las cadenas tróficas. Eliminada la base, el resto de los organismos comienzan a desaparecer por falta de recursos. Una extinción masiva elimina al 20% de las familias marinas. Las víctimas terrestres incluyen los grandes anfibios y la mayoría de los géneros de reptiles mamiferoides, pero entre los supervivientes están los dinosaurios, que dominarán los ecosistemas terrestres durante el resto del Mesozoico, y los mamíferos.

JURÁSICO. 201-145 millones de años

El Jurásico y el Cretácico fueron las épocas más productivas de la biosfera. Climas benignos, sin casquetes glaciares, y unas condiciones cálidas y húmedas cubren de bosques de coníferas y helechos todos los continentes. En el mar ocurre algo parecido; con Pangea fracturándose en numerosos trozos, se forman enormes extensiones de plataformas marinas continentales donde prosperan complejas redes tróficas, ecosistemas muy productivos, con gran diversidad de corales, cefalópodos, bivalvos, equinodermos, esponjas, etc. Pero los reptiles son los amos del planeta, los dinosaurios están en expansión, los pterosaurios ocupan el medio aéreo y los ictiosaurios y plesiosaurios dominan los mares. Un grupo de dinosaurios, los Arcosaurios, van a dar lugar a las aves.

Iberia -el actual Macizo Ibérico- es una amplia extensión llana y alomada con frondosos bosques de coníferas y praderas de helechos, recorrida por ríos meandriformes que llegan hasta el mar. En sus ricas plataformas marinas continentales, como la del Mar de Tethys, se depositan enormes cantidades de lodos calcáreos por la acumulación de conchas de organismos marinos. Estos sedimentos constituyen hoy gran parte de las rocas calizas que forman los relieves alpinos.

Al S de Iberia se localizaba una de las zonas principales de fracturación de litosfera continental de Pangea, precisamente la que dio lugar a la formación de la parte central del océano Atlántico. Esta rotura y la consiguiente expansión del suelo oceánico provocó un movimiento relativo de la nueva placa Africana con respecto a Eurasia, de forma que, dejando a Eurasia en una posición fija, África se desplazaba hacia el Este.

LOS NUEVOS MARES QUE SEPARAN PANGEA. Una subida del nivel del mar inunda las extensas llanuras costeras, originando enormes extensiones de plataformas marinas someras bien iluminadas, donde crecen praderas de crinoideos y en las que el clima propicia la recuperación de los ecosistemas tras la extinción.

EL MAR DE TETHYS, PLATAFORMA, TALUD Y CUENCA. El Mar de Tethys tiene plataforma, talud continental y cuenca oceánica. Durante más de 100 millones de años se depositan aquí los sedimentos que forman hoy gran parte de las rocas de los macizos alpinos ibéricos.

LAS BAHAMAS IBÉRICAS, LA PLATAFORMA MARINA DEL TETHYS.  Esta plataforma, similar a las Bahamas actuales, rebosa de invertebrados como los ammonites, que sirven de alimento a los reptiles carnívoros, monstruos de más de 20 m de longitud, como el Plesiosaurus, el terror de los mares jurásicos.

 

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Jurásico Inferior, 200 millones de años

LA CUENCA MARINA DEL TETHYS, SURCOS, UMBRALES Y VOLCANES. Por el talud continental se deslizan los sedimentos hasta las profundidades de la cuenca oceánica, que tiene una topografía peculiar, con dos umbrales, de escasa profundidad y abundante biodiversidad, separados por un profundo surco en el que afloran rocas volcánicas desde una dorsal oceánica.

PARQUE JURÁSICO, LOS DINOSAURIOS. Tras una vertiginosa diversificación, los dinosaurios son los dueños de los ecosistemas terrestres. Extensas manadas de gigantescos herbívoros y astutos carnívoros compiten en los densos bosques tropicales, aumentando su tamaño, sus estrategias de caza y sus mecanismos de defensa.

LAS PRIMERAS AVES, DINOSAURIOS VOLADORES . Las Aves proceden de los dinosaurios terópodos, muchos de los cuales ya portaban plumas. Hacen su aparición en los cielos jurásicos, donde hasta ahora solo vivían pterosaurios e insectos voladores. Estas primeras aves son de pequeño tamaño, se alimentan de invertebrados y vuelan y planean.

CRETÁCICO. 145-66 millones de años

El Cretácico es el periodo más largo del Fanerozoico, 80 millones de años con la biosfera en una etapa de máxima producción. El aumento de las temperaturas, debido a un fuerte efecto invernadero, genera un clima cálido y húmedo que favorece la proliferación de extensos bosques donde aparecen las angiospermas, las plantas con flor, que coevolucionan con los insectos polinizadores. Además de sus vistosas flores, producen frutos ricos en sustancias nutritivas que atraen a herbívoros y omnívoros.

La alta actividad volcánica, especialmente en las dorsales oceánicas, origina una gran movilidad de los continentes y varios cambios del nivel del mar, algunos de 250 m. Aunque se produce paulatinamente un notable deterioro de las condiciones ambientales que degrada los ecosistemas, es el impacto de un gran meteorito, que causa estragos en la biosfera, lo que marca el final de este periodo.

Los procesos de adelgazamiento litosférico durante el Jurásico Superior y Cretácico Inferior provocaron la abertura definitiva del Océano Atlántico Norte. El proceso de expansión del suelo oceánico progresó de Sur a Norte, provocando la separación progresiva entre América del Norte y Eurasia, así como el alejamiento de Iberia con respecto al SE de Europa en un movimiento de rotación sinextroso, que originó la abertura del Golfo de Vizcaya y la individualización de Iberia de las grandes placas Africana y Euroasiática y el inicio de la subducción en el Tethys oriental. Comienzan los movimientos compresivos que darán lugar a las cadenas alpinas.

Durante el Cretácico Superior, la placa Ibérica estaba limitada al Oeste por el margen continental pasivo del Atlántico, situación que se mantendrá hasta la actualidad, al Este por la litosfera oceánica del Tethys y al Sur y Norte por mares más o menos profundos.

LAS GRANDES MANADAS DE DINOSARIOS. Los enormes grupos de dinosaurios herbívoros van mejorando sus técnicas de grupo en manadas y aumentado el tamaño corporal de los individuos, pero los terribles carnívoros, que coevolucionan junto a ellos adquieren conductas más sofisticadas, como cacerías en grupo o mayor agilidad.

DEL HUEVO REPTIL A LA PLACENTA DE LOS MAMÍFEROS. Se produce una gran diversificación de los mamíferos placentarios. Retienen a sus crías en el útero donde son alimentadas por una placenta, una enorme ventaja adaptativa frente al huevo reptil. Son nocturnos, parecidos a las musarañas y trepan a los árboles para alimentarse de insectos.

LOS ARRECIFES DE RUDISTAS. Varios ascensos del nivel del mar inundan las llanuras costeras y fluviales, formando extensas zonas marinas de aguas someras y limpias donde prosperan los arrecifes de rudistas y corales con un sinfín de invertebrados, que sustentan bancos de peces, ammonites y reptiles marinos.

UN MUNDO TROPICAL CON TAPICES DE COLOR. Aparecen las angiospermas, las plantas con flor, que evolucionan con los insectos polinizadores. Estas nuevas plantas cambian la flora terrestre, en la que predominaban las gimnospermas, diversificándose rápidamente por los ecosistemas terrestres. Hoy constituyen el 90 % de la flora.

 

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Cretácico Inferior, 120 millones de años

 

EL MUNDO OCÉANO, LA FORMACIÓN DEL PETRÓLEO. La actividad en las dorsales oceánicas acelera la deriva continental. Grandes subidas del nivel del mar dejan 2/5 partes de las tierras emergidas bajo aguas marinas poco profundas, zonas de máxima producción de microplancton, origen del 60% de las grandes reservas petrolíferas actuales.

EL CONTINENTE QUE VINO DEL ESTE. Desde el Este del Mar de Tethys una pequeña placa tectónica, el continente Mesomediterráneo, se dirige hacia las costas de Iberia. En su viaje hacia el Oeste irá cerrando la cuenca marina del Tethys y plegando y fracturando sus sedimentos, hasta originar la Cordillera Bética en el Neógeno.

VOLCANES, INUNDACIONES Y EFECTO INVERNADERO. La actividad volcánica, la gran movilidad de los continentes, los cambios del nivel del mar y el fuerte efecto invernadero están afectando a los ecosistemas y diezmando las especies.

LA MUERTE QUE VINO DEL CIELO. Hace 66 millones de años el impacto de un meteorito de 10 km de diámetro en la actual Península del Yucatán produce una extinción masiva que extermina al 75% de las especies, entre ellas a los grandes reptiles. Iberia queda cubierta de cenizas, arrasada por olas gigantes, sin un árbol en pie.

 

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Cretácico Superior, 90 millones de años

 

 

CENOZOICO, un destino inesperado para los mamíferos

Tras la extinción hay un rápido relevo de la flora. Las angiospermas, las plantas con flor, desplazan a coníferas y otras gimnospermas a zonas con condiciones ambientales más estrictas. Bosques de caducifolios llenan los continentes y las hierbas invaden extensas zonas, formando grandes praderas y estepas y coevolucionando con las grandes manadas de mamíferos herbívoros y sus depredadores carnívoros.

La extinción de los grandes reptiles deja paso libre a mamíferos y aves, que conquistan todos los ecosistemas terrestres, aéreos y marinos. Los bosques paleógenos propician la aparición de numerosas especies de primates y los cambios climáticos acompañan a los Hominoideos en sus viajes a través de las glaciaciones cuaternarias, que marcan la evolución y extinción de las diversas especies del género Homo.

Iberia tiene, durante esta etapa, una tectónica muy activa. Se forman las cordilleras alpinas y nuestro territorio queda configurado tal como lo conocemos hoy. Durante el Paleógeno el continente Mesomediterráneo o de Alborán se dirige hacia el Oeste hasta chocar con Iberia, deformando los sedimentos depositados durante casi 200 millones de años en la cuenca marina del Tethys y formando, entre otras, la Cordillera Bética.

Durante el Neógeno se levantan la mayoría de las montañas alpinas de Iberia, quedando definitivamente emergidas, con algunos restos de brazos de mar entre los altos relieves, que van evolucionando poco a poco a cuencas intramontañosas, hasta desaparecer. Desde entonces, los procesos geológicos externos modelan sus relieves.

PALEÓGENO. 66-23 millones de años

En el margen Norte, donde se localizará el futuro Pirineo, existía una cuenca marina que conectaba las aguas del Atlántico con el Tethys. En el margen Sur, en la cuenca marina del Tethys siguen depositándose los sedimentos que actualmente constituyen principalmente la Cordillera Bética.

La Península tenía cierta independencia de las grandes placas que la rodeaban, de ahí que se puede considerar como una microplaca que, desde finales del Mesozoico se movió entre las grandes placas Euroasiática y Africana. La apertura del Atlántico Norte es un hecho de especial relevancia, puesto que condicionó los movimientos relativos de la placa Eurosiática y Africana y de una serie de pequeñas placas situadas entre ambas, entre las que se encontraba Iberia. En efecto, el Atlántico Norte se abrió y se fue expandiendo a una velocidad superior al Atlántico central, de forma que, al contrario de lo que ocurría en la etapa anterior, Eurasia se separaba más rápidamente de América que África. Esto provocó un cambio en el movimiento relativo de ambas placas de forma que éstas, en vez de separase, iniciaron un movimiento de acercamiento que continúa actualmente.

UN DESTINO INESPERADO PARA LOS MAMÍFEROS. Los mamíferos, que atravesaron el Mesozoico como pequeños merodeadores nocturnos, aprovechan los nichos ecológicos vacíos tras la extinción, experimentando una radiación espectacular, en un mundo de clima tropical que permite la rápida recuperación de la biosfera.

LOS PRIMATES, EL MUNDO ARBÓREO. Con el clima cálido, las selvas tropicales alcanzan los Polos. Muchos de los actuales órdenes de mamíferos hacen su aparición, ungulados y carnívoros en tierra, cetáceos en el mar y los primates en el gigantesco manto arbóreo que cubre los continentes.

LA TIERRA SE ENFRÍA, LOS PERIODOS GLACIALES. La deriva de los continentes lleva a la Antártida hasta el Polo Sur y se forma un casquete glaciar que se mantiene hasta la actualidad. La apertura del Atlántico Norte modifica las corrientes oceánicas a nivel global y comienza a enfriar el Polo Norte. Comienzan las etapas glaciales cenozoicas.

 

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Eoceno, 50 millones de años

LA CUENCA MARINA DEL GUALDALQUIVIR. La Orogenia Alpina está entrando en su etapa más intensa. En Andalucía comienzan a levantarse las montañas que forman la Cordillera Bética, quedando entre ésta y la antigua línea de costa del Macizo Ibérico, una estrecha franja marina, la Cuenca Marina del Guadalquivir.

NEÓGENO. 23-2,5 millones de años

Durante el Neógeno terminan de formarse los macizos alpinos, las cadenas montañosas que conforman actualmente los relieves más acusados de Iberia, Pirineos, Cordillera Bética, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Cordillera Costero-Catalana.

Los Pirineos se forman por el choque entre la microplaca Ibérica y la placa Euroasiática, al quedar la primera comprimida entre África y Europa, debido en parte a la propia dinámica de la abertura del Océano Atlántico. La Cordillera Bética por deformación y plegamientos de los sedimentos depositados en el Mar de Tethys y choque de la microplaca Mesomediterránea, y el Sistema Ibérico por deformación intraplaca, resultado del plegamiento de la litosfera como respuesta a la compresión que sufre Iberia en sus márgenes.

OROGENIA ALPINA, IBERIA AL COMPLETO. Desde el Jurásico hasta el Neógeno, la línea de costas estuvo rodeando el Macizo Ibérico y el mar ocupó el resto. Durante unos 10 millones de años tiene lugar la colisión continental y se forma la Cordillera Bética, lo que implica notables y constantes cambios de la línea de costas.

CAMBIOS CLIMÁTICOS, LOS HOMÍNIDOS. El enfriamiento del clima convierte los bosques de África en una sabana donde prosperan simios innovadores que bajan de los árboles y se adaptan a estos nuevos ecosistemas herbáceos. Estos Homínidos, que aparecen hace unos 4,4 millones de años, son nuestros ancestros, especies viajeras que evolucionan al ritmo de las glaciaciones cuaternarias.

 

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Mioceno medio, 17-13 millones de años

CUATERNARIO. 2,5-0 millones de años

El PLEISTOCENO abarca casi la totalidad del Cuaternario, alternando épocas cálidas y frías. Durante los periodos glaciales, grandes extensiones de tierra se cubren con una inmensa capa de hielo, el nivel de los mares y océanos baja 80 m y las especies cambian al ritmo del clima.

El clima frío y el hielo congela los suelos, la vegetación se hace más seca y escasa y se favorecen los procesos glaciares y periglaciares. Los relieves alpinos se cubren de glaciares que los erosionan, formando grandes valles glaciares que por donde hoy discurren ríos de montaña. Además el clima frío favorece la acción erosiva causada por el efecto cuña que ejerce el agua al congelarse en las grietas de las rocas, fracturándolas y produciendo gran cantidad de clastos se deslizan por las laderas.

Al menos cuatro especies de nuestro género se pasean por las tierras de Iberia durante esta época, que también se conoce como PALEOLÍTICO, Homo antecessor, Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis y Homo sapiens.

 

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Pleistoceno, 2,5 millones de años

El HOLOCENO es la época geológica más reciente y comienza hace solo 11.700 años, coincidiendo con el fin de la última glaciación.

El clima cálido y húmedo favorece el desarrollo de suelos y vegetación y la disolución química. En las épocas interglaciales de clima cálido, como la actual, el aumento del CO2 procedente de la vegetación se une al agua de lluvia y favorece la disolución de las rocas calizas, originando formas kársticas en superficie -lapiaces, dolinas, uvalas y poljes- y en el interior del macizo rocoso, un mundo oscuro y silencioso de  simas, cuevas y galerías que se esconde bajo estas montañas,  donde el agua y el tiempo han creado caprichosas formas subterráneas.

Todas las especies de homínidos que han convivido durante el Paleolítico, excepto la nuestra, se han extinguido. El calentamiento global tras la última época glacial, propicia que las poblaciones de Homo sapiens entren en una nueva etapa, el NEOLÍTICO.

 

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Holoceno, actual

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